Esta potencia proyectada implica un potencial de inversiones en el corto plazo en torno a los 10.000 millones de dólares, que se distribuyen en cerca de 7.000 millones de dólares en eólica, más de 1.000 millones en fotovoltaica, otros 1.000 millones en geotermia y 556 millones en hidroeléctrica, de acuerdo con Brendan Oviedo, presidente de la SPR.
“Perú no se queda corto en recursos energéticos renovables. Considerando los 13.000 MW renovables instalados, también tenemos un potencial eólico de más de 20 GW, 20 GW solares, 70 GW hidroeléctricos y 3 GW de geotermia”, agregó Oviedo durante un evento reciente, del que informa la prensa económica nacional.
El presidente de la SPR recordó, además, que la Dirección General de Asuntos Ambientales de Electricidad ha aprobado, entre julio de 2021 y mayo 2022, los estudios ambientales de 13 proyectos renovables –nueve solares y cuatro eólicos– por un total de 3.146,5 MW de capacidad. Estos proyectos implican inversiones superiores a 350 millones de dólares, además de líneas de transmisión, subestaciones y sistemas eléctricos rurales.
“Estamos ante una extraordinaria oportunidad de aprovechar tales recursos para hidrógeno y electrificar la economía del país”, continuó Oviedo. “Si se planifica el futuro energético de manera adecuada, hasta se podría exportar electrólisis”.
La Asociación Peruana de Energías Renovables demanda al gobierno que en el corto plazo se inicie un proceso de planificación energética, que las renovables puedan participar en las licitaciones de distribuidoras del mercado regulado, además de emitir un reglamento de la generación distribuida e incentivos fiscales para continuar con las inversiones.
Según diversos medios, los inversionistas están atentos a la posibilidad de que se efectúen cambios en el marco regulatorio para actualizar los términos de referencia de las licitaciones de las distribuidoras y que éstas permitan que las tecnologías solar y eólica participen a precios competitivos. Esta actualización podría implicar la separación de ofertas de potencia y energía, así como la división de bloques horarios, lo que permitirá acomodar la disponibilidad de la generación eólica y fotovoltaica a los requerimientos de las distribuidoras.